Carta Por La Dignidad Del Hombre
Que mi pueblo no se quede sin palabras,
no se quede sin mañanas, ni fuerzas para luchar.
Que mi pueblo no ruegue por justicia,
no ruegue por comida, y no deje de soñar.
Que los niños puedan llegar a su escuela
y abrazar la vida entera con trabajo y libertad,
que lo duro no se nos haga imposible,
que yo creo en utopías y que se pueden lograr.
Que mi gente no pierda la memoria,
que no repita la historia que nos ha hecho tan mal.
Que mi gente no pierda la esperanza,
que la fe nunca descansa, y que Dios sabe escuchar.
Que a mis calles vuelvan todas las familias,
sin tener miedo ni prisa de morirse así nomás.
Que no hay nada más decente que la voz de nuestra gente,
cuando exige la verdad, cuando exige la verdad.
Que hubo algunos que se han ido
con los bolsillos vacíos, respirando dignidad,
mientras que otros se han llenado de todo lo que han robado,
pese al hambre popular, pese al hambre popular.
Que mi gente no pierda la sonrisa,
no pierda la poesía, ni la sangre, ni la luz.
Que hoy mi gente reclama por justicia,
reclama por comida, reclama por salud.
Que mi gente no pierda la memoria,
que no repita la historia que nos ha hecho tan mal.
Que mi gente no pierda la esperanza,
que la fe nunca descansa, y que Dios sabe escuchar.
Que mi gente no pierda la esperanza,
que la fe nunca descansa, y que Dios sabe escuchar.