Recuerdo el trinar de tus latidos
Como un chasquido celestial
Los rumores de la noche
Van dejando huella al alba
Y así de tu voz surgió la tempestad
Hablabas de un sueño embustero
Que el infortunio sosegó
Como un segundo hueco
Que resuena en el pecho
Una lámpara sin genio es mejor
Río de sueños y suspiros
Embriagando mi cantar
Entonando a tu ritmo
La noche y la eternidad
Cantan, lloran, sueñan, mueren
Con el viento nacerán