El sapo
A mi me apodan el sapo por prieto, feo y matón 99 cabezas les e mandado al panteón sin conmigo se hace el ciento resignado estoy señor.
A qui en las islas marías todo el mundo me respeta, puede que sea por horror que les causa mi careta a aquel que pelea con migo siempre la vida le cuesta.
El sacerdote de aquí se hizo mi mas fiel amigo, me dijo sapo andas mal ya salte del mal camino que dios siempre nos perdona cuando nos arrepentimos.
Me hizo jurar ante cristo jamás volver a matar, y no pienso defraudarlo al crimen no volveré aquel machete manchado al mar ya fui y lo tire.
Aquella alegre mañana el sapo venia contento, le brincan dos criminales de aquel monte tan espeso con sus machetes filosos le volaron el pescuezo.
Lo velaron en la iglesia el cura empezó a estar malo, otro día por la mañana también lo estaban velando antes de morir les dijo que me entierren con el sapo.
Se encuentran dos tumbas juntas la del cura y la del sapo.
Se fue a llevárselo a dios como cualquier abogado por un lado de su cliente cuando están en el juzgado