Aquá está¡ la historia
a quien quiera escuchar,
es la triste historia
de quien quiso regalar
la luna sin preguntar.
Cuá¡ntas veces tenáa una razón,
cuá¡ntas veces... fueron dos.
Lá¡grimas no brotan
si uno no quiere llorar,
má¡s, el tiempo pesa
y uno no puede olvidar.
El dáa ya se ocultó.
Si el otoá±o no te quiere dejar,
el invierno llegará¡.
Y aquá, en la noche,
no encuentro lugar donde descansar,
y aunque lo intente,
palabras sin nombre.
Cuá¡ntas veces tenáa una razón,
cuá¡ntas veces... fueron dos.
Si el otoá±o no te quiere dejar,
el invierno llegará¡.
Y aquá, en la noche,
no encuentro lugar donde descansar,
y aunque lo intente,
palabras sin nombre.