Me dejaste abrazado de un poste,
esperándote y nunca llegaste,
me digiste que ahí te esperará,
bien recuerdo que me lo juráste,
ya muy noche me fuí de la esquina,
y a tomar me metí a una cantina.
Me senté y le pedí al cantinero,
una copa y después la botella,
junto a mí se arrimó un compañero,
que muy triste me dijo su pena,
el también se quedó en una esquina,
a la cita tampoco fué ella.
Conversamos le dije tú nombre,
dirección y la casa en que vives,
un cigarro me pidió áquel hombre,
¡cantinero!, otra copa nos sirve,
ya no sigas me dijo llorando,
es la misma que estuve esperando.
Conversamos le dije tú nombre,
dirección y la casa en que vives,
un cigarro me pidió áquel hombre,
¡cantinero!, otra copa nos sirve,
ya no sigas me dijo llorando,
es la misma que estuve esperando.