Puede que nos dure una semana,
que nunca el olvido se entere de nosotros dos.
A decir verdad, cada mañana
yo miro el cielo y siento tu voz.
Puede que aún llueva en las terrazas,
que haya flores nuevas en tu balcón.
Mientras cruza un viento helado la casa,
yo miro el cielo y siento tu voz.
Los retazos de tu amor
los que abrigan inviernos del corazón.
Los abrazo cada vez,
cada vez que pienso en volverla a ver.
Fuimos las luces de la costa, el mar,
los botes descansando mal,
y todo el filo.
Fuimos, fuimos, fuimos
las luces de la costa, el mar,
los botes descansando mal,
y todo el filo frío.
Los retazos de tu amor
los que abrigan inviernos del corazón.
Los abrazo cada vez,
cada vez que pienso en volverla a ver.
Cuando las canciones
no hablen de nada
miraré el cielo
y sentiré tu voz.