Soy transparente.
Me puedes oler muy bien.
Desde que me presento,
No tengo que hablar para darme a entender.
Mis ojos te lo dicen todo.
Mi boca arrulla lo que pienso.
Sabrás que es lo que siento,
Con sólo tocar mi piel.
No muerdo, ni acaricio.
Sólo hiberno todo el tiempo,
En mi jaula de almohadas,
Dónde nadie sabe la verdad.
No tengo voz para decirlo,
Por eso vengo y te lo escribo.
He deshonrado a mis principios.
Nunca he tenido la furia de un león.
Siempre tomando el camino corto,
Como él me enseñó.