Yo no sé la justa medida,
si el amor eterno es mejor
sobre aquel que curó las heridas,
o en Pampa y La Vía, quedó por vivir,
desesperado, una pasión.
Yo no sé amar como Cristo,
yo no sé si este amor tendrá fin,
pero amando a mi modo, yo insisto
que nadie en su juicio podrá amarte así,
tal como yo te amo a ti.
Si el amor es seguir adelante,
ay, de aquel que de amor se murió.
Yo prefiero vivir para amarte,
llevando en mi carne la cruz de tu amor.
Tú y yo, yo y tú, tú y yo.
Una vez me he sentido un poeta,
otra vez, un obrero del sol,
una vez te amé como Julieta,
mirando a Romeo desde su balcón.
Y otra vez lloré de amor.
Me sentí condenado a perpetua,
encerrado en tu habitación.
Cómo yo perdoné tu belleza,
y tú no has querido tener compasión.
Y aquí me tienes, aquí estoy.
Si el amor es seguir adelante,
ay, de aquel que de amor se murió.
Yo prefiero vivir para amarte,
llevando en mi carne la cruz de tu amor.
Tú y yo, yo y tú, tú y yo.