En el corazón de la selva central del Perú, en la ciudad de Chanchamayo, nace en 1981 una banda que marcaría un antes y un después en la música andina: Los Shapis. Fundado por Julio Simeón, conocido artísticamente como Chapulín el Dulce, y por Jaime Moreyra, Los Shapis surgen en un contexto en el que la cumbia andina apenas comenzaba a forjar su camino.
Los Shapis no tardaron en ganarse el corazón de los pobladores de las zonas rurales del Perú. La mezcla única de ritmos tropicales y sonidos andinos, junto con letras que reflejaban las vivencias del pueblo, les aseguraron un lugar especial en el escenario musical. Sus primeras presentaciones fueron en pequeños pueblos y ciudades, pero su popularidad creció rápidamente.
En 1982, lanzan su primer gran éxito: “El Aguajal”. La canción se convirtió en un himno de la cumbia peruana y catapultó a la banda a la fama nacional. Este tema resonó con muchos peruanos debido a su letra melancólica y su pegajoso ritmo. La influencia de esta canción fue tal que aún hoy sigue siendo un clásico indiscutible en las celebraciones peruanas.
Después del éxito de “El Aguajal”, Los Shapis continuaron produciendo éxitos, consolidando su lugar en el panorama musical. “Estoy llorando”, “Por ella, la botella” y otros temas se convirtieron en parte del repertorio esencial de la cumbia andina. La banda aprovechó el auge de su popularidad para realizar
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Y creo que he bebido más de 40 cervezas hoy
y creo que tendré que expulsarlas fuera de mí
y subo al water que hay arriba en el bar
y la empiezo a mear y me echo a reír
Sale de mí una agüita amarilla, cálida y tibia
Y baja por una tubería,
pasa por debajo de tu casa,
pasa por debajo de tu familia,
pasa por debajo de tu lugar de trabajo,
mi agüita amarilla, mi agüita amarilla.
Y llega a un río,
la bebe el pastor,
la beben las vaquitas,
riega los campos,
mi agüita amarilla, mi agüita amarilla.
Y baja al mar,
juega con los pececillos,
juega con los calamares,
juega con las medusas
y con las merluzas
que tu te comes.
mi agüita amarilla, mi agüita amarilla,
mi agüita amarilla, mi agüita amarilla.
El sol calienta mi agüita amarilla,
la pone a cien grados,
la manda para arriba,
viaja por el cielo,
llega a tu ciudad
y empieza a diluviar.
Moja a las calles,
moja a tu padre,
tu madre lava, lava con mi agüita amarilla.
Moja el patio del colegio,
moja el ayuntamiento
mi agüita amarilla, mi agüita amarilla.
Y creo que he bebido más de 40 cervezas hoy
y creo que tendré que expulsarlas fuera de mí
y subo al water que hay arriba en el bar
y la empiezo a mear y me echo a reír
y me pongo a pensar
dónde irá, dónde irá,
dónde irá, dónde irá.
Se expandirá por el mundo,
pondrá verde la selva,
y lo que mas me alegra
es que mi agüita amarilla será un líquido inmundo,
mi agüita amarilla, mi agüita amarilla..