En la casa del poeta
donde ya no vive nadie
se demora la luz del amanecer.
Allí el tiempo no se acorta, se imantaron los minutos con las horas en la esfera del reloj.
A distancia la soledad me hablará,
susurrando versos de un poema que resuenan en los pasillos
y en las manchas paralelas
que quedaron tras los libros
en la pared.
Bajo el árbol centenario de la casa de la risa al amor oscuro alguien le cantó .
A distancia la soledad me hablará susurrando los versos de algún poema.
En la casa donde ya no hay nadie, oigo el eco de las teclas de aquel piano.
En la casa los cristales rotos marcan como el mapa de una isla el lugar donde el olvido se instaló
(Gracias a Toñi por esta letra)