Señor, eterno Dios!
Ante tu altar hoy vengo suplicarte
a rogar por el alma de mi amada,
que la muerte tan cruel me arrebatara.
Yo sé que tu poder es infinito
que eres igual con pobres y con ricos
es por eso que en ti busco el consuelo
para esse corazón que está marchito.
Si estoy dormindo la sueno,
si estoy despieto la miro y por donde quiera que ando
su recuerdo va conmigo.
Llorando paso las noches
paso las noches llorando
par mí ya el sol no brilla
entre sombras voy vagando.
Señor! Eterno Dios
ante tu altar estoy aquí de hinojos
ella se fue y yo quiero morirme
perdónalo, Señor! Y ruega por nosotros.