Recuerdo aquella luz,
tanto brillaba.
Y azul de amanecer,
de un nuevo día.
Y el sueño se acabó,
tan de repente,
se secó la fuente,
y agua no quedaba,
agua limpia y clara,
que moja tus ojos,
despeja tu mente.
Y vente, ¡vente!
que ahora el silencio no puede verte,
¡vuela!
con tu mente,
tienes mil sitios para esconderte.
Tú te crees que eres,
como la sombra,
que eres luz del día,
y agua que te ronda.
Si te crees que eres,
todo lo que piensas,
de lo que no sepas,
busca la respuesta.
Tiempo,
para dar la vuelta a la moneda,
y ver qué sale,
que las caras son cruces,
yo no pienso,
cuando intento hacer cosas que sé que no me salen,
yo sigo y lo intento,
ya vendrá el momento,
y al final me sale.
Recuerdo aquella luz,
tanto brillaba.
Y azul de amanecer,
de un nuevo día.
Y el sueño se acabó,
tan de repente,
se secó la fuente,
y agua no quedaba (bis).
Dame todo lo que tengas,
yo sé bien que tú lo tienes,
cuando vuelvas otro día,
desde la sabiduría (bis).