Vuelve el pasado a cruzarse abriéndome las heridas que pensé cicatrizaron cuando a tu amor dÍ partida.
Sin embargo, hoy que te veo me doy cuenta que en la huida no pude borrar por siempre tu vida junto a mi vida.
Aceptando la derrota con una conducta erguida le dije a mi corazón poquito a poco se olvida.
Obligando al pensamiento abandonar enseguida recuerdo de nuestro idilio porque era causa perdida.
Pero en mí cavilación no contaba que la historia aún no estaba decidida, si interiormente en mi ser como un tatuaje en mi piel recóndita y escondida se encontraba la añoranza de nuestra pasión divina.
Y así sentí su presencia, cuando con gran inclemencia escapó de su guarida, y al mirarte nuevamente, no te borro de mi mente, mi muñeca consentida deseando tenerte siempre entre mis brazos rendida.
Vuelve el pasado a cruzarse sin parangón ni medida fue inútil el gran esfuerzo de no darle más cabida, si hasta he tratado de odiarte buscando alguna salida de esta triste situación donde mi alma sigue hundida.
Tu imagen viaja conmigo en mi mente confundida, sin entender el porqué de esta violenta estampida. De recuerdos que han logrado que me consuma la herida dejándome como opción entregarme a la bebida.
Quisiera sentirme libre y poder pasar la página sin que nada me lo impida, pero se me dificulta y bien sé que es mía la culpa, por querer tener unidas las piezas de un desenlace que ya estaban divididas.
Para mala suerte mía elegiste otro sendero y hoy estás comprometida, pero quiero que no olvides que quien te canta y te escribe te amará toda la vida y si algún día a mí regresas, siempre serás bienvenida.