Los villanos
Cuenta la leyenda,
que en un pueblo de acá cerca
no vivían preocupados,
pero un poco acostumbrados
a estar bien.
Allá no sobraba nada,
pero a nadie le faltaba,
se olvidaron del pasado
y de a poco se empezaron a quejar,
ah, ah, ah, ay.
Y llegaron los villanos,
de los feos, de los malos,
que venían del desierto,
y encontraron todo abierto,
entraron cien, eh, eh, eh, entraron cien.
Al principio, persuasivos,
con un pueblo poco unido,
y en una segunda fase
se quitaron los disfraces y a correr,
de no creer, otra vez correr.
Ay, mi Dios, ¿Cómo puede ser?
No lo entiendo, todo otra vez,
salir de la ruina para volver.
Quien no sabe lo que tiene,
lo valora si lo pierde,
no fue todo repentino,
empezó a escasear el vino y luego el pan,
ah, ah, ah, ah, faltaba el pan.
Pero el pueblo empezó a hartarse,
y de poco a organizarse
para echar a los tiranos
y volver a ser hermanos,
sin tenerle a nada, los sacaron a patadas
a los cien, a los cien.
Ay, mi Dios, ¿Cómo puede ser?
No lo entiendo, todo otra vez,
salir de la ruina para volver.
¿Cómo puede ser?
No lo entiendo, todo otra vez,
salir de la ruina para volver.