En el bar de la esquina
Estaba en una terracita
un oscuro medio dia,
echandome una copita, en
ese bar que hace
esquina con la calle mayor,
viendo volar a las moscas,
viendo pasar la vida,
viendo pasar las chicas.
A todas me acercaria,
a todas las besaria,
pero las pierdo de vista
porque pasan deprisa.
Apuré el chinchón
de un trago por el
culo del vaso,
dibujé una silueta,
dejé volar a mi mente,
dejé un poco el alcohol.
Y al abrir los ojos vi,
que la borrosa silueta,
se havia convertido
en princesa, y eras tu,
apareciste tu,apareciste tu.
Yo me levanto de la silla,
hacia a ti me encaminé
¿puedo darte un beso niña?
y después me avergoncé,
pero no pude resistirme
y te pregunté otra vez
¿puedo darte un beso niña,
aunque sea en la mejilla?
tu me dijiste que si,
y respondiste si.
Voy a subirte la falda,
y a tumbarte aquí en mi mesa,
podría tomarte aquí mismo, dime que si por favor.
Tu tiraste al suelo las
copas que habia encima
de la mesa, me agarraste
entre tus brazos y se te
abrieron las piernas.
Tu me dijiste, que vá,
venga,venga venga va.
Y así sin darnos ni
cuenta nos liamos
venga a hacer el amor,
en ese bar que hace
esquina con la calle mayor.
Los clientes no entendian,
la gente curioseaba haver que
hacian esos dos,
follando en un bar del centro,
en plena calle mayor,
porfin llegó un camarero
a llamar la atención.
Fuera de aquí por favor,
le contestamos que no,
va y además le pedimos
un pequeño favor
¿puede señor camarero
de casamentero? casenos
aquí mismo, casenos porfavor.
No deveria de hacerlo, pero
sí, venga va.
Allí mismo nos casamos,
nos casó el camarero,
convidamos a todo el mundo,
Y ahí encima de esa mesa,
de ese bar y de esa calle,
que luna de miel pasamos,
15 días bien preciosos,
fue precioso nuestro amor,
fue precioso nuestro amor,
fue precioso nuestro amor,
fue precioso nuestro matrimonio.