Hace tiempo, ya un hombre quiso comprar el mundo,
sin saber que era barro. Nada más atado a su equidad,
transformó su barro en mar. Creyendo enloquecer vió
brazos altos, caras bajas.
No, todo vió desmoronar, odio y sangre, todo enfermedad.
No, sólo reventó a llorar, lo que él creó ya empezo a odiar.
Terco en su pesar, quiso volver a empezar un mundo,
sin poder borrar, lo hecho atrás. La gente enloqueció
y todo empezó a temblar, volviéndose ante él.
Dios, brazos altos, caras bajas. No, todo vió desmoronar,
odio y sangre, todo enfermedad. No, sólo reventó a llorar,
lo que él creó ya empezo a odiar.