El alma en pie
Cuántas noches en mi cama pronuncié tu nombre,
entre estas cuatro paredes de mi habitación.
Cuántas horas he esperado tu llamada ausente,
o tu voz arrepentida en el contestador.
Cuántas palabras calladas cuando entré en tus brazos,
los mios regalaron besos sin contemplación.
Cuántas tardes nos comíamos a besos, ¿cuántas?
Tantas como días hace que te fuiste amor.
No hay que mirar atrás,
pues estoy luchando.
Yo sin ti no sé cómo tenerme,
con el alma en pie,
sin ti me cuesta respirar.
Sé muy bien que tú
a mi no volverás.
Que sepas tú que como yo
ningún amor se entregará.
Yo sin ti no sé cómo tenerme,
con el alma en pie,
sin ti me cuesta respirar.
El tren pasa una vez,
por ti no volverá.
Que sepas tú que como yo
ningún amor se entregará.
Es tanta la lejanía que se siente cuando
has querido a alguien con toda tu pasión.
Y de buenas a primeras en quien confíabas
se va llevándose los muebles de tu corazón.
No hay que mirar atrás,
pues estoy luchando.
Yo sin ti no sé cómo tenerme,
con el alma en pie,
sin ti me cuesta respirar.
Sé muy bien que tú
a mi no volverás.
Que sepas tú que como yo
ningún amor se entregará.
Yo sin ti no sé cómo tenerme,
con el alma en pie,
sin ti me cuesta respirar.
El tren pasa una vez,
por ti no volverá.
Que sepas tú que como yo
ningún amor se entregará.