Hay Una Virgen
Hay una virgen de alma cariñosa,
tan tiernamente al corazón unida,
que separar mi vida de su vida ...
fuera lo mismo que romper las dos.
Hay un semblante pálido y hermoso,
que siempre miro porque está en mi alma.
y que en la noche de la dulce calma,
vela con mi ángel, cuando duermo yo.
Hay un cabello derramado en rizo
que él protege mi mano cariñosa,
una cabeza lánguida y hermosa,
que dulcemente desmayando va.
Hay un seno de amor tibio y tranquilo
donde reclino, pálida, mi frente,
cuando la copa del dolor ardiente
el alma mártir apurando va.
Hay unos ojos negros dormidos
a la sombra ideal de las pestañas
cuya mirada celestial empaña
la pureza dulcísima de amor.
Ojos que buscan en los ojos míos
en el idioma, del alma, silenciosos
ojos dichosos si me ven dichosos;
ojos que lloran si me ven llorar.