¿Para qué sufrir, si no hace falta?
¿Para qué ser fríos si el mundo nos hace sentir en casa?
¿Para qué dejar que todo muera?,
si aquello entre tú y yo, nos hizo ver tan bello todo.
Nunca imaginé, que me casaría así, sin papeles.
Nunca imaginé, que después de un tiempo acabaría, sin paredes.
La casa que vimos nacer, los peces que dijeron adiós,
las noches llenas de comer, grabando esas canciones hasta el amanecer.
¿Para qué sufrir, si no hace falta?
¿Para qué tirar, nuestras cartas y fotografías?
¿Para qué olvidar, que antes de todos, nuestros besos,
fuimos como hermanos, fuimos como amigos con derechos.
Nunca imaginé, que me casaría así, sin papeles.
Nunca supe cómo hacer que fueras tan feliz, te lo juro.
Tenías que buscarte tú, tenía que salvarme yo,
teníamos que dejarlo ser, he invento esta canción en el atardecer.
Dueños de la noche fuimos,
dueños sin saber cómo nos perdimos,
cómo dividimos, lazos sin saber por qué.
Dueños de la noche fuimos, la quisimos bien,
todo se lo dimos, como lo vivimos,
fuimos locos sin poder volver,
locos sin poder volver.
Locos sin poder volver.
¿Para qué sufrir, si no hace falta?
¿Para qué sufrir, si no hace falta?
¿Para qué sufrir, si no hace falta, linda?
¿Para qué sufrir?, No, no.