Ojalá, que te vaya bonito,
ojalá, que se acaben tus penas.
Qué te digan, que yo ya no existo,
que conozcas personas más buenas.
Qué te den, lo que no pude darte,
aunque yo, te haya dado de todo.
Nunca más, volveré a molestarte,
te adoré, te perdí y ya ni modo.
Cuántas cosas quedaron prendidas,
hasta dentro del fondo de mi alma.
Cuántas luces dejaste encendidas,
yo no sé cómo voy a apagarlas.
Ojalá, qué mi amor no te duela,
y te olvides de mí para siempre.
Qué se llenen de sangre tus venas,
y te vista la vida de suerte.
Yo no sé si tú ausencia me mate,
aunque tengo mi pecho de acero.
Pero nadie me diga cobarde,
sin saber hasta dónde te quiero.
Cuántas cosas quedaron prendidas,
hasta dentro del fondo de mi alma.
Cuántas luces dejaste encendidas,
yo no sé cómo voy a apagarlas.