Hoy Comienza Un Nuevo Día
Parece que la noche se te vino encima nazareno
Tú que sanabas las heridas con manos de amor
Y reparabas las vidas rotas de aquellos que como ovejas perdidas buscaban un pastor
Tú que no solo reparaste vigas como buen carpintero
Sino que reanimaste el corazón roto de los que, como yo,
perdidos y sin dirección, nos ganaba el miedo
Tus pies que con premura se movían hacia los necesitados
Hoy se suspenden en la cruz traspasados por los clavos
Parece que todos te han dejado nazareno
Aun aquellos que prometieron defenderte
Y solo se quedaron un puñado de mujeres fieles
que con lagrimas y flores aguardan tu cuerpo inerte
Poco a poco se fue la vida en tus ojos
Poco a poco se fue el calor que había en tus venas
Y así entregamos tu cuerpo envuelto en una sabana mortuoria
Con dolor en el corazón, derrotados, y sin cantos de victoria
Una roca enorme te encerró en la tumba
Y con ella sepultaron nuestros sueños y esperanzas
Y camino a casa, en un grito desgarrado
Nos unimos a tu cruz y a ese clamor desesperado
¡Dios mío, Dios mío, por qué nos has abandonado!
Al llegar la noche, la oscuridad nos dio la estocada final
Ya la muerte celebraba esa victoria sin par
Y cuando ya nadie guardaba esperanzas
Al tercer día, el cielo rompió el silencio
Cuando el alba despuntaba en lontananza
El infierno soltó a sus presos
El paraíso irrumpió en festejos
La tumba no pudo detenerte
Ni la muerte pudo vencerte
Apareciste camino a Emaús
Y nos dice compañía
Y partiendo el pan nos dijiste
¡¡¡Hoy comienza un nuevo día!!!
Desde aquel entonces celebramos tu promesa
Esa que diste en Galilea
Que, aunque la noche nos persiga como fiera
Tú tienes todo el poder En el cielo y en la tierra
Y es nuestra oración
Que hoy abraces al abatido
Que tu Vida encienda su alma fría
Y así como a ese puñado de discípulos
Nos digas nuevamente
“Estaré junto a ustedes
Hasta el final de los días”