Era humilde y tranquilo,
Pero firme su forma de ser,
Por no pagarle unos kilos,
Fue más fácil matar que deber,
Arrieros somos y en el camino,
Se topó un hijo de cada quien...
Era el precio de su muerte,
Don Rene valía eso y más,
El dinero no es el trueque,
Su muerte es la que querían cobrar,
Como el padre no les dio la frente,
A su hijo fueron a levantar...
El muchacho no les debía nada,
Pero sirvió para dar con él,
Ni así quiso dar la cara,
Ni a la fuerza hombre quiso ser,
Mejor al gobierno se entregaba,
Dejando al hijo a su fe.
Fue amarrado, no fue pieza,
Y soltado algún tiempo después,
Va a vivir en la vergüenza,
Por un padre como ese tener,
Que es mucho el miedo que manifiesta,
Si al hijo en la cruz vas a poner...
Le dieron veintitantos años,
La prisión lo hizo confesar,
Afuera lo espera un sayo,
Porque la cuenta quiere saldar,
Porque aunque se encuentre encerrado,
Su palenque tendrá que pisar...
Y si es que adentro no se puede,
Una pausa será por cuestión,
Como el dinero todo lo puede,
Carlitos busca resignación,
Dice que por más que el mundo ruede,
El no quita el dedo del renglón.