Nacida en el Madrid de las Vistillas,
de Embajadores y de la Cava,
yo fui el pinturero modestillo,
que baila el chotis como el que lava.
Era mi novia mi pasión, mi vida,
era mi alegría, era el mundo entero,
era esa novia que jamás se olvida,
era mi cariño, mi querer sincero.
Me decían al mirarme tan dichosa,
es Rosa de Madrid, es Rosa de Madrid,
madrileña, la más barbi primorosa,
la flor de Chamberí, la flor de Chamberí.
La mocita más juncal y más hermosa,
de labios de rubí, de labios de rubí,
la que va por esas calles tan marchosas,
por eso dicen que es Rosa de Madrid.