El Sinaloense
Desde Navolato vengo
Dicen que nací en El Roble
Me dicen que soy arriero
Porque les chiflo y se paran
Si les aviento el sombrero
Ya verán cómo reparan
Ay, ay, ay
¡Ay, mamá, por Dios!
Por Dios, qué borracho vengo
Que me siga la tambora
Que me toquen El Quelite
Después El Niño Perdido
Y, por último, El Torito
Pa’ que vean cómo me pinto
Ay, ay, ay
¡Ay, mamá, por Dios!
Me dicen enamorado
Pero de eso nada tengo
Todos me dicen El Negro
Un negro, pero con suerte
Porque si me salta un gallo, no me le rajo a la muerte
Ay, ay, ay
¡Ay, mamá, por Dios!
Por Dios, qué borracho vengo
Que me siga la tambora
Que me toquen El Quelite
Después El Niño Perdido
Y, por último, El Torito
Pa’ que vean cómo me pinto
Ay, ay, ay
¡Ay, mamá, por Dios!
Soy de puro Sinaloa
Donde se rompen las olas
Y busco una que ande sola y que no tenga marido
Pa’ no estar comprometido cuando resulte la boda
Ay, ay, ay
¡Ay, mamá, por Dios!
Por Dios, qué borracho vengo
Que me siga la tambora
Que me toquen El Quelite
Después El Niño Perdido
Y, por último, El Torito
Pa’ que vean cómo me pinto
Ay, ay, ay
¡Ay, mamá, por Dios!
La canción 'El Sinaloense' de Vicente Fernández narra la historia de un hombre proveniente de Navolato, quien se identifica como arriero y es conocido por su habilidad para lidiar con situaciones desafiantes... Significado de la letra