Mi ranchera es la vida que me toca,
en la mesa del rincón, estoy bebiendo.
Siento tanto el sentimiento que me quema;
mientras tanto, por inercia voy viviendo.
No hay derecho a tratarme de este modo,
o ¿Es que acaso tú me ocultas un secreto?
He vivido, pero no aprendí a la fuerza
a olvidarte, aunque no estés conmigo.
Pocas cosas son más crudas que una cruda,
quizás sea por la forma en que te fuiste;
Sin un beso ni un abrazo,
mejor hubiera sido despedirte de mí con un balazo.
En la cabeza tengo las preocupaciones
y en el pecho sigue el corazón abierto.
Porque, al tú no estar conmigo,
ya el amor está desierto.
Pocas cosas son más crudas que una cruda,
quizás sea por la forma en que te fuiste;
Sin un beso ni un abrazo,
mejor hubiera sido despedirte de mí con un balazo.