Su frágil figurita iluminaba el salón
presencia de alas de tango alucinado y seductor
si Scola la hubiera visto se la llevaba con él
tan pálida, en su vestido negro, volaba de placer
El tiempo no era tiempo en aquel lugar
un solo gozo era ver las parejas bailar
cada giro en mi cabeza fue una historia
Buenos Aires con su magia se metió en mi memoria
Aromas de la noche entraban por el ventanal
reinaba el dos por cuatro en las inquietas miradas
acariciaba el bailarín su linda espalda
hacía girar sus pies al compás del alma
Alas de tango llenaban de luna la penumbra
y en un brindis de champagne la sala fue quedando a oscuras
el día que se baile tango en las calles del amor
cara a cara, ojos cerrados, corazón a corazón
Cada giro en mi cabeza fue una historia
Buenos Aires con su magia se metió en mi memoria.