Lo pensó dos veces y se marchó
como una frutilla su corazón
siempre el mismo rollo
con los parientes.
Me dejó unos discos en el placard
un reloj de plata y un samurai
todo detallado en un expediente.
Y allí va, parte del aire
y allí va en libertad
Música de grillos del Paraná
cada enero nuevo se hacía escuchar
como un buen presagio de las comadres.
El amó una estrella en su soledad
y una noche antes de navidad
recortó los cables