Adiós, mamá
—Mamá, me voy, que llego tarde.
—¿Dónde te vas, hija?
—A una fiesta, que he quedado con las chicas de clase.
—Está bien, hija. Pero no llegues tarde… y ten mucho
cuidado. Y no corras, que ya sabes cómo están las cosas ahí
fuera.
—Que sí, mamá.
—Sobre todo… no bebas.
—Tranquila, mamá. Chao, adiós, te quiero.
—Adiós.
Subió a su coche mientras recordaba las palabras
de su madre preocupada, como cada noche fría.
Se alejaba de su casa en dirección a aquella fiesta
mirando por el espejo donde nunca volvería.
Su mamá se fue a la cama y como de costumbre
no conseguiría dormir hasta que ella regresara.
Le pedía a Dios piedad, salud para su hija,
que volviera sana y salva; nunca lo imaginaría.
Luego allí, la fiesta proseguía, la gente se divertía,
la chica no probó ni una sola gota de alcohol.
El resto consumía sin pensar
que quizá por imprudentes alguien lo lamentaría.
La fiesta se terminó sin más, eran las seis,
la chica decidió que era la hora de volver.
Algunos imprudentes cogieron su coche entonces,
sin pensar en lo de antes y sin dejar de beber.
[Estribillo]
Si fueran más prudentes, si no lo hicieran mal.
Si todos escucharan consejos de sus mamás.
Por culpa de esa gente fallecen inocentes.
Quizás un día seas tú la persona que lo lamente.
Cogió el camino más rápido para regresar.
Le prometió a mamá no beber alcohol, y no lo hizo.
Se sentía orgullosa de ella misma,
mantuvo su promesa y recordó todo lo que mamá le dijo.
Sabía que no le había fallado, es una chica madura
que valora lo que tiene y lo que quiere.
Siempre ha sido responsable, y nunca hizo nada malo,
porque sabe perfectamente que los errores duelen.
Conducía bien serena, apenas quedan dos kilómetros.
“Mañana es otro día”, pensaba; sonaba irónico.
Escuchaba esta canción e imaginaba lo que canto,
más tarde lo entendería porque ya estaba pasando.
Tal vez, muchos piensan que este no será su caso,
que la historia de esta chica nunca podrá ser la mía,
pues detrás de aquella curva se largaba su alegría,
disfrazada de personas imprudentes en la vía.
[Estribillo]
Si fueran más prudentes, si no lo hicieran mal.
Si todos escucharan consejos de sus mamás.
Por culpa de esa gente fallecen inocentes.
Quizás un día seas tú la persona que lo lamente.
No te mentí, mamá, juré que no te engañaría.
Fui a la fiesta, mamá, recordé lo que me dijiste.
No bebí nada, mamá, incluso me sentía orgullosa,
pensaba que siendo buena esto nunca me pasaría.
No puede ser, mamá, yo no merezco estar aquí,
escucho voces que dicen “esta chica se va a morir”.
Mamá, me estoy muriendo, ya no puedo respirar,
apenas me quedan fuerzas, pero no quiero llorar.
¿Por qué, mamá?, dime ¿por qué me toca sufrir?,
el culpable de esto vive y yo tengo que morir.
¿Por qué hay personas así? Ya no puedo aguantar más,
mi sangre está en el asfalto y el dolor me está matando.
Dile a papá que le quiero, a mi hermano que sea fuerte.
Cada segundo que pasa siento más cerca la muerte.
Mamá, te quiero, son mis últimas palabras.
Adiós, mamá, no podré volver a verte…
Adiós.
[Estribillo]
Si fueran más prudentes, si no lo hicieran mal.
Si todos escucharan consejos de sus mamás.
Por culpa de esa gente fallecen inocentes.
Quizás un día seas tú la persona que lo lamente. (bis)