Tú
me matas,
y tú,
respiro,
tú.
El mundo se cae.
Mis calles están
tristes sin ti.
Tú
me ahogas,
tú,
camino,
tú.
Las flores del mar.
La tormenta se va
alejando de mí.
Y en este crudo invierno,
pongo el reloj a cero,
y otra vez
vuelvo a empezar.
Tú
me hieres
y tú,
sonrío,
tú.
La mano de Dios
me golpeó
sin avisar.
Dame tu cobijo en esta fría mañana,
dame un corazón sin parches ni dentelladas.
Serás mi voz de enero,
la horquilla en el pelo,
mi corazón de hielo,
las nubes en el cielo.
Seré tu rey de piedra,
el tren de media noche,
seremos dos en la ciudad,
en la ciudad,
en la ciudad,
en la ciudad,
en la ciudad.
Tú,
me matas,
tú.
(Gracias a Jordi1967 por esta letra)