Lucía: El de ella era un amor sincero hasta el dolor,
Amor de aquellos que nunca se acaban.
El de él era fugaz, pintado de pasión,
Amor de noche, a media mañana.
El de ella era un amor de un solo nombre,
El de él un nombre más de sus amores.
El de ella era vital, auténtico, ideal,
El de él sólo un amor para ocasiones.
El de ella dio a luz un día de calor,
En una cama de una sola almohada,
El de él no quiso estar, de ausencia se vistió,
Y desapareció sin decir nada.
El de ella al fin llegó, su mismo nombre,
El de él un nombre que pronto olvidaba,
El de ella fue mayor que el miedo y el dolor,
El de él tenía ya una nueva cara.
Y una canción de cuna se escuchó. . .
Lucía: Amor de mi alma estoy aquí,
No tengas miedo por favor,
Que yo jamás te dejaré, confía en mí,
Créemelo. . . .
Amor de mi alma, oh amor. . .
Duerme hijo mío, duerme así,
Que a mí me sobra el valor,
Para seguir, para seguir. . .