No me dolió
como si fuera la primera vez
que me mintiera,
me dolió después
de darme cuenta.
No dijo adiós,
tan sólo se sentó a mi lado y fue
la más de barrio,
deberías saber
lo que me hizo al rato.
Lo que es cansado es no pensarte
no entender que ya has pasado.
No amaneció
quinientas noches que vendrían después,
aún más mentiras,
deberías saber
con quien no hacer un trato
y caen, caen, caen sobre la acera
trozos de papel,
no duele verla desaparecer
bailando al viento lenta,
lo que me quema es ahora verte y no sentir
siquiera pena
Siquiera pena de ti,
de mí,
de nada,
nada que cuente fue así,
te di palabra.
Siquiera dije que sí,
me fui de barras,
no quiero verte
y al fin
bandera blanca.
Contaron que
la vieron pronto con otro querer,
y luego otro,
pareciera que
su sed no se saciaba.
Contaron que
no hubo poeta sin probar su piel,
triste condena, queriendo creer,
sin ropa, la belleza
pobre poeta que despierta
sin sentir
siquiera pena
Siquiera pena de ti,
de mí,
de nada,
nada que cuente fue así,
te di palabra.
Siquiera dije que sí,
me fui de barras,
no quiero verte
y al fin
bandera blanca.
Siquiera dije que sí,
me fui de barras,
no quiero verte
y al fin
bandera blanca.
Lo que es cansado es no llorarte
no creer que hayas pasado
que ahora ya fue.
Como si quisieras volverme a ver
que ahora ya fue.
(Gracias a Ulises Rocha por esta letra)