Visa para un beso
Llueve.
No hay mal que por bien no venga.
La radio me sabe a hierba,
se aprieta los dientes.
Quieres la libertad de mi celda.
Súbete la falda y, mientras,
haces que me quieres.
Subido al cuarto del paraíso
que me pinta abecedarios.
Al borde, cualquier asfalto
se aleja y desaparece...
Mira, han vuelto a robarme
y pienso marcharme tan lejos...
Vienes por tangos a Buenos Aires.
Anda, que si hoy no te pones bragas
salimos a la terraza
y me hago unos cantes.
Prefiero, por hoy, un problema nuevo
a recordar tu equipaje saltando de mi
terraza,
cerrándome todos los bares.
Y ya ves que, el amor,
si no muere te lo matan.
Guarda para ti la carta de marfil
debajo de la manga de aquellos años.
Quédate a dormir, no hay calefacción.
Tan sólo una más, el último trago.
El último trago...
Hay un arco iris blanco y negro
ahora en cada habitación
cuando lloras a escondidas.
No se parte el corazón.
Busco visa para un beso,
buscas algo de calor,
y esta noche hay luna llena;
lleno dos vasos de ron
por si acaso hay una tregua de caricias
y en la zona vieja se oye tu canción.
Cómo puedo estar tan lejos de la orilla,
si hace tiempo nos cubría la razón.
Ay amor, si la ves, no le digas donde estoy.
Guarda para ti la carta de marfil
debajo de la manga de aquellos años.
Quédate a dormir, no hay calefacción.
Tan sólo una más, el último trago.
El último trago...