No volviste más
Fuiste la suerte para el perdedor,
la bola de fuego que cae en la cuneta / al paso del corredor.
Silbando cielos de tormenta,/crecida de lodos que arrastran culebras
cubriendo los ejes de las carretas. / Buscando trópicos de luz
fuiste apariencia de remanso, / tregua para el soñador.
Horizonte que escapa según avanzas/en las carreteras rugientes,
en los transitados caminos de la desesperanza.
No volviste más y ocupan tu lugar/los trigos encendidos de mayo.
En noches estrelladas cuando rendido caigo
en el sueño de los justos olvidados.
Sé que me equivoqué / en un poético paisaje de ceniza y rosas.
Sé que me equivoqué / en mi paisaje sin ventanas al mar.
Fuiste perdón para el perdedor,
la doble ilusión de un óleo que Dalí nunca terminó.
Atrayente fuerza en desnuda cuerda, / lima de afilado diente
que al espíritu llega, / que al tuétano ataca.
No volviste más. Cansada de esperar
te tuve en un anillo de antojos. / Se que un día más otro beberá
del hondo crepitar de tus ojos.
Sé que me equivoqué/en el hermético lenguaje de azaleas y rosas.
Sé que me aquivoqué/en mi ampararme en tus salinas sin sal.
Sé que me equivoqué/en mi arboleda, blanca armiño sin hojas.
Donde no pasan las horas mientras crece el rosal,
donde bailarán las ninfas mientras suene el último vals.