Aguacero del recuerdo
Según aquel nubarrón y ese brisote en las matas.
Va caer un aguacerón eso sí una mandilata.
De las que sin compasión enchumban sombrero y manta. (Bis)
Eso me hace recordar mi Elorza y mi costa Arauca.
Donde aprendí a acumular valores desde la infancia.
Esa humilde sencillez que llevo como una marca.
Que me la impuso tal vez su criollo ambiente y mi crianza.
Aprendí a arrendá un potrón con pasillano en las patas.
A hacer el nudo a un arción que no pegue en la batata.
Y como me crié en las lides con las reses cachilapas.
Alguna que se descuide le pongo un rejo e corbata.
Fué por allá en Lechemiel en bailes de esa comarca.
Donde cultivé el quehacer de relancino en un arpa.
Tramoliándole a un querer con una copla sensata.
Aprendí que a una mujer ni jugando se maltrata.
Trueno de sordo tañío que retumba en la distancia.
Contigo me voy tendío a los sitios de la casa.
Allá está el ombligo mío enterrao bajo unas guafas. (Bis)
Allá me formé versao en la pesca y en la caza.
Anzueliá un bagre rallao y a velá picure y lapas.
Aprendí a mata ganao y a picá un cuero de ñapa.
Después de haberlo estirao con cuarenta y tres estacas.
El patio vivía atestato de aves de distintas razas.
Gallina y pato burriao, guineos y hasta guacharacas.
Tampoco se me ha olvidao que había una tigana mansa.
Que tenía un nido embarrao en la horqueta un pata e vaca.
Está lloviendo ventiao y yo solo en esta hamaca.
Con el sentir enchumbao pinto tu imagen exacta.
Llanura que me has formao Dios te guarde tierra santa.
Hoy que me encuentro aleja’o tu recuerdo me quebranta.