Hasta cuando señor
Hasta cuando Señor,
seguirás olvidándome,
hasta cuando Señor,
va a triunfar me enemigo (bis).
Hasta cuando me esconderás tu rostro,
hasta cuando he de estar preocupado,
con el corazón apenado todo el día.
Para que no me duerma en la muerte,
que no diga mi enemigo le he podido,
y se alegre mi adversario de mi fracaso.