Ojala escuchen
Ojala, escuchen hoy la voz del Señor,
no endurezcan,
no endurezcan el corazón (bis).
Vengan, aclamemos al Señor,
a la roca que nos salva,
entremos en su casa dando gracias,
vitoreándole al son de instrumentos.
Ojala, escuchen hoy la voz,
no endurezcan el corazón,
como en Deriva,
como el día de Masa en el desierto,
cuando sus padres se pusieron
a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras.