Me llevaré conmigo todas las madrugadas
Y enhebrando vivencias la canción trasnochada
Que nace en la bohemia de amigos y guitarras
Para que me acompañe dondequiera que vaya
Me llevaré conmigo en los pliegues del alma
La sonrisa de un niño, es decir la esperanza,
Esa brisa constante que sostiene mis alas
y que va por delante remolcando mis ansias
Me llevaré conmigo los zapatos gastados
en todos los caminos por los que he caminado.
Por los muchos amigos volvería descalzo
a pesar de las piedras si fuera necesario.
Me llevaré conmigo la presencia de tantos
a los que no he podido estrecharles la mano.
La próxima nos vemos y cualquier escenario
será el sitio adecuado para darles mi canto.
Me llevaré conmigo, de las cosas mas bellas,
un sarape tejido con tejido de estrellas
y un sombrero de luna, del cielo de esta tierra
para que me cobijen el frío de la ausencia,.
Me llevaré conmigo, Gustavo, que te pasa
si el tiempo es un instante y un instante es mañana.
Mañana nos veremos, mañana es cualquier día,
tiene leña la llama y seguirá encendida.
Me llevaré conmigo la emoción florecida
de saber que sonaron por mi las golondrinas.
Esta canción que acaso no es canción sino alma
que se entrega al hermano cuando extiende sus alas.
Y me iré lentamente, con el último aplauso,
con el último vuelve y con el último abrazo.
Yo sé que nos veremos cuando Dios lo decida.
Dejo aquí lo que tengo: esta mano tendida...